
En la historia de cada nación, existen grandes hombres que lideraron la lucha para la liberación de sus países. Cuando mencionamos las historias de luchadores y líderes africanos que sacrificaron su vida y resistieron contra el ocupante con coraje para el bien de sus países. Es destacable en este contexto la trayectoria del jeque de luchadores Omar Al Mukhtar, llamado con los apodos de: el héroe revolucionario, el líder excepcional, el jeque de los mártires y el león del desierto. Omar lanzó varios combates contra la colonización italiana que ocupó Libia en 1911.
La historia del gran líder libio Omar Al Mukhtar se parece más a un mito. Omar se convierte de un maestro de ciencias coránicas y jurisprudencia para niños en un luchador excepcional y caudillo valiente. Un dirigente que lideró a los hijos fieles de su patria de una victoria a otra, provocando pérdidas a los invasores italianos que tuvieron una derrota amarga a lo largo de 20 años.
La vida del caudillo Omar pasó por diferentes actos heroicos, con el fin defender su patria y conseguir su liberación. A lo largo de 20 años de su vida, siguió la lucha rehusando todas las tentaciones presentadas por el gobierno italiano con el fin de abandonar la causa de su país. Al Mukhtar continuó llevando la bandera de la lucha patriótica como héroe valiente hasta el último día de su vida el 16 de septiembre de 1931.
El "león del desierto" nació en 1862 en el pueblo Zawiyat Janzour, en el este de Barqa, ciudad fronteriza con Egipto. Vivió huérfano tras la muerte de su padre Mikhtar Ben Omar. En sus primeros años estudió en Janzour, luego viajó a Al Jaghbub, donde estudió durante ocho años en la escuela coránica a manos de grandes ulemas y jeques de la Tariqa Sanussiyya el árabe, las ciencias de la Sharia y aprendió de memoria todo el Corán. Sin embargo, no pudo continuar su educación como deseaba.
Su historia luchadora contra la colonización italiana comenzó cuando Italia mandó un aviso al gobierno otomano en septiembre de 1911 que incluyó una amenaza de la ocupación de Trípoli y Beni Gasi. El gobierno otomano contestó con debilidad y permisividad, pidiendo iniciar negociaciones. Esta demanda dio la oportunidad a Italia para mandar sus buques de guerra a la costa de Libia. Acto seguido, los libios afrontaron las tropas de la colonización defendiendo sus ciudades. Por su parte, Omar El Mukhtar se levantó encabezando la guerra de la liberación contra las tropas italianas y reunió a los combatientes para luchar contra la colonización.
El gobierno italiano comenzó a tener cuenta de la personalidad de este héroe cuando su nombre comenzó a resonar en los círculos del liderazgo italiano como un caudillo musulmán veterano que pudo causar grandes pérdidas a la ocupación italiana.
Por la incapacidad del gobierno italiano a resistir a este gran líder, recurrió a Constantinopla para celebrar un acuerdo de paz con el gobierno otomano. El tratado entre ambos países se ha ratificado el 21 de octubre de 1912 y, a su vez, el gobierno otomano retiró sus tropas creyendo en que el tratado hubiera puesto un fin la guerra.
Tras el golpe de Estado fascista en Italia en octubre de 1922, la situación cambió en Libia y el rey Muhammad Idris al-Senussi estaba sometido a intensas presiones para que entregara Libia a la colonización italiana. Por eso, abandonó el país y vivió en Egipto y encomendó a Omar Al Mukhtar para asumir las obras militares y políticas.
Tras asegurarse de las intenciones italianas para lanzar una ofensiva, Al Mukhtar viajó a Egipto en 1923 para consultar al rey Idris en este asunto. A la vuelta a Libia, organizó y dirigió las filas de sus combatientes. Tras la invasión italiana a la ciudad de Ajdabiya, sede del liderazgo libio, todos los tratados y acuerdos quedaron anulados, los combatientes se retiraron de la ciudad y el ejército Italia se dirigió hacia El Jebel Al Akhdar. En aquel entonces, todos los combatientes compitieron en perfilar los papeles y unirse bajo el mando de Omar El Mukhtar. Por su parte, los ciudadanos libios suministraron los combatientes con municiones y provisiones, pero los italianos estuvieron hartos de la derrota a manos de los combatientes y procuraron a cortar la carretera de suministro. Por ello, enviaron una gran campaña para ocupar el sur de Libia en febrero de 1926. Sin embargo, el jeque de los mártires y sus hombres pudieron asumir toda la responsabilidad con toda voluntad y determinación, y pese al asedio al que fueron sometidos, siguieron sus avances, lo que obligó Italia a revisar sus planes y realizar amplios cambios.
Entonces, Benito Mussolini dio órdenes para cambiar el liderazgo militar nombrando a Pietro Badoglio como el nuevo gobernador militar en Libia en enero de 1929. Este cambio se considera el comienzo de una fase decisiva entre los italianos y los combatientes.
El nuevo gobernador de Libia fingió su deseo de conseguir la paz con el objetivo de encontrar el tiempo necesario para llevar a cabo sus planes y cambiar la técnica de combate de sus soldados. Así, pidió la negociación con El Mukhtar y el jeque respondió al llamamiento de la paz. Las negociaciones culminaron en dos opciones para el Mukhtar: abandonar Libia a destino de Egipto o El Higaz (Arabia Saudí actual) o quedarse en Barqa y terminar la lucha y la rendición a cambio de dinero y otras ofertas. Omar prefirió continuar luchando hasta alcanzar la victoria o el martirio, como es la costumbre de los héroes nacionales.
Las posturas firmes de El Mukhtar han conducido Italia a cambiar su táctica y nombrar Rodolfo Graziani, que realizó un plan para acabar con la revolución en Libia. Este plan consiste en colocar una valla de alambre a lo largo de la línea fronteriza entre Egipto y Libia para cortar el suministro de provisiones y municiones, y fundar un tribunal de emergencia, además, abrir las puerta de las cárceles, construir las horcas en todas partes y asediar los combatientes en El Jebel Al Akhdar.
El 11 de septiembre de 1931, las fuerzas italianas descubrieron su lugar y fue detenido y llevado a Benigasi. Graziani aceleró celebrando "un juicio especial" como una farsa para Omar El Mukhtar que murió ahorcado.